martes, 28 de enero de 2014

Confidencias de Verónica..... ...... Alex Goodman


   Aún en la sala de espera de un hospital, se entera uno de muchas historias…
   La tarde de hoy ha sido más cálida que los días y noches de las últimas semanas. El sol se regodea con sus implacables rayos sobre el espacio arbolado del parque cercano al hospital, pero ya por la tarde, al caer el sol, la temperatura aún desciende abruptamente.   Ayer estuve platicando con Verónica, una amiga de mi prima Lupita, que han venido a visitar a mis primos al enterarse del accidente que les ha ocurrido. Así, mientras ellos eran llevados a quirófano, aprovechamos para salir a comer algo en uno de los pequeños restaurantes cercanos al hospital.
   Vero es tapatía, hermosa, dedicada al teatro, y divorciada desde hace alrededor de diez años. Tiene 46 años muy bien puestos, pero yo creo que muy pocos podríamos acertar su edad a primera vista. Cualquiera diría que está en sus treintas, y cuenta con una figura curvilínea, no precisamente delgada, sino exuberante, aunque discreta en su vestir…O será que la he conocido en el hospital.
   Lupita mi prima ya le había puesto en antecedentes sobre mi persona, así que no tardamos mucho en entablar una deliciosa conversación que nos hiciera más llevaderas las horas siguientes mientras la operación continuaba.
   Caminamos un poco…
   Como muchas mujeres, Verónica me comentó que era bastante irritante para ella, el hecho de ser una mujer más ardiente que el común de sus amigas, aún en una ciudad relativamente grande con una sociedad impersonal y abierta, pero con una gran presencia de hombres machistas, misóginos, y hasta inseguros, según ella me comentó. Y me puso su más reciente ejemplo: Conoció a un empresario de la industria del mueble, de posición económica muy desahogada, divorciado también, desde hace 5 años, según él había comentado, y empezaron a salir. Al principio, las tradicionales salidas a los pocos lugares aún abiertos después de las funciones de teatro de la compañía en la que ella trabaja, salidas a cenar, a bailar, a tomar una copa, etc… Luego de algunas semanas juntos, deciden hacer un viaje de fin de semana a Puerto Vallarta, en la semana de fin de años cuando las funciones de teatro se suspenden.
   Al principio, todo iba muy bien, comenta Vero, pero al llegar la noche surgió el conflicto: Ya estando en la habitación de un lujoso hotel a la orilla de la playa, después de una romántica velada con música, mariachis, baile, y ambiente mediterráneo, iniciaron las caricias candentes apenas llegaron a la habitación.
   Enredados en sus abrazos, fundidos de deseo, fueron desprendiéndose de sus prendas hasta quedar desnudos en la terraza de la suite, ante el murmullo de las olas. Sin embargo, pronto sucedería lo impensable: Verónica tomo en sus manos el pene de Gerardo, con suma delicadeza, y según me comentó, fue pródiga en caricias primero muy suevamente, incrementando el ritmo y la fuerza después, pero, al deslizarse ella para regalarle una sesión de sexo oral, Gerardo se molestó y dio un salto hacia atrás rápidamente, lo que la hizo asombrarse.
   Ella no lo podía creer!
   Gerardo fue otro inmediatamente. Le espetó que cómo era posible que una mujer de su educación, moral, y prestigio, fuera a hacer semejante cochinada! (Así se lo dijo). Y comenzó así un sermón de gritos, insultos, y recriminaciones a Verónica haciéndole sentir que era una mujer cualquiera por haber iniciado ése acto que él decía, era sólo permitido a las putas, a las depravadas, y a las mujeres no decentes. Y lo estaba diciendo un hombre de 50 años!!!
   Verónica cayó en Shock. No lo podía creer. Por más que intentaba asimilarlo, no daba crédito a que dos personas maduras estuviesen discutiendo ése tema, en plena noche donde ella se le estaba entregando. Tan solo recordándolo, se había vuelto a molestar, tanto que casi derrama el contenido de su café latte.
   Ella no se defendió y guardó silencio. Se limitó a recoger su ropa que había quedado esparcida por toda la suite. Me indicó que había leído mi artículo donde yo hablaba de los “Analfabetas sexuales” y para ella, éste era un típico caso. Pero jamás pensó que a ella le tocaría experimentarlo, en ésas esferas de sociedad, y a ésta edad era francamente ridiculo.
   No tuvieron sexo ésa noche, y ella regresó a Guadalajara a la mañana siguiente. Gerardo indicó que regresaría ya por la tarde, en su auto. No pude evitar notar que algunas lágrimas empezaban a rodar por su mejilla, y ofrecí un pañuelo educadamente.
   Así, aún ayer, se resistía a creer que aún existan hombres en México que se limiten a pensar que hacer el amor con sus parejas es simple y sencillamente introducir su pene, frotar, meter y sacar varias veces, y eyacular… En pleno siglo XXI, le era simplemente complicado de asimilar. Así que por fín la interrumpí cuando sus ojos brillaban aún de asombro, como si lo acabara de volver a vivir hace apenas unos minutos. Su brillo pasaba de asombro a molestia, y me imagino que así le habrá sucedido a millones de mujeres en éste país, precisamente por las mismas o similares causas: Prejuicios, Pésima educación sexual, Machismo exacerbado, Ideas en extremo tradicionalistas.
   Me parece que no podemos continuar con ésta problemática que nos está llevando a tanta desunión, que ha generado tantos divorcios, que ha separado a parejas que en verdad se aman, que puede ser causa de arranques violentos en algunos machos que no saben controlar sus impulsos, o que bajo el influjo de alcohol o drogas tornan en violenta su respuesta a sus parejas. Hemos ocasionado también que muchas mujeres queden frustradas en sus matrimonios, otras simplemente busquen saciar sus necesidades afectivas y sexuales en otras parejas o infidelidades, algunas más se orillan al lesbianismo, en fin... Un sinfín de problemas que podrían evitarse simplemente con la adecuada educación sexual. Comentaba yo mientras sorbía mi taza de chocolate.
   Los “Analfabetas sexuales” abundan, y son de ambos sexos, porque éste fenómeno no es privativo de la mujer. Se da en ambos casos. He recibido gran cantidad de historias de mujeres que conocen adecuadamente la anatomía de los genitales ni masculinos, ni femeninos, y viceversa! Muchos hombres no saben estimular adecuadamente a sus mujeres, y lo peor, creen equivocadamente que cuando una mujer se excita es porque es una puta! Pues, queridos colegas masculinos: Acaso no era lo que tanto deseaban para cada noche? Quién los (nos) entiende?
   Por mi parte, admiro a cada mujer que ejerce su sexualidad responsablemente. Que disfruta sin miramientos, que se torna en esclava del deseo cuando debe hacerlo. Que sabe, conoce, disfruta y hasta enseña cómo debe y desea ser poseída. Que se entrega al placer como verdadera hembra en celo sin temer a los prejuicios de su pareja. Le comenté.
   Nos falta aún mucha educación sexual! Ella asintió, se frotó los rojos labios, guardó su bolsa y sonrió.
   Vamonos Verónica… Es hora de volver al hospital…. 
   Qué opinas tú de éste tema? Me lo puedes compartir y responder? 

Alex Goodman