miércoles, 9 de abril de 2014

Un inesperado regalo......

Hace unos días recibí un correo donde una gran amiga me comparte una interesante experiencia que me gustaría compartirles :
Hola Alex:

   Me da mucho gusto saludarte. Nos pediste ayuda en el tema de que si había tenido una relación con una mujer, y me gustaría compartirte mi propia experiencia de que por fin se hizo realidad mi fantasía lésbica. Efectivamente desde hace mucho tiempo tenía enormes deseos de disfrutar un momento con una mujer. Fueron años y años de tenerlo en mi mente y esperando a que algún día se realizara, y yo me imagino que igual ha de sucederles a muchas de tus lectoras.

   Yo si acostumbro ver a veces en la intimidad de mi recamara, películas pornográficas en donde hay de todo, y si llegué a notar que cuando veía a dos mujeres hermosas con ropa de lencería, donde se ven (nos vemos) muy femeninas, y que se disfrutaban mutuamente, mi cuerpo vibraba intensamente.  También debo confesarte que nunca lo había comentado a nadie pero tú me has brindado la confianza para comentartelo. Tampoco nunca se había dado la oportunidad de hacerlo realidad, o tal vez yo misma nunca lo había planeado y cuando menos lo pensé ya estaba ahí felizmente haciéndolo.

   Te contaré que hace 2 semanas precisamente, fuí a recibir una casa que me entregarían porque ya se iban los inquilinos, (sigo rentando algunas de mis propiedades). La casa que te conté que poseo junto a la Presa de Juriquilla, en Querétaro. El contrato lo había firmado yo con el esposo, un señor más joven que yo por alrededor de  unos  4 años, pero cuando lo vi por primera vez me impacto su físico atlético y su piel morena contrastando con ojos verdes preciosos. Cuando lo conocí me comporte como debe de ser, y él también educadamente. Firmamos el contrato, como yo no administraría la casa mi función fue nada más proporcionar la propiedad,  etc. Hasta ahí quedó.

   Tiempo después supe que llego la familia de este señor, pero no conocí a la esposa sino meses después. Así paso el tiempo hasta que una tarde me llaman para decirme que fuera a recibir la casa porque ya se iban a otro lugar a trabajar por su contrato de trabajo. Me pongo de acuerdo con Gilberto (que así se llama el señor) en tiempo y hora, llego a la casa, me recibe, etc… Habíamos acordado en que me recibían en la casa para revisarla y me recibe junto a su esposa, una mujer alta, blanca de muy buen cuerpo, con un vestido ligero en tonos primaverales y que aparentaba unos diéz años más joven que yo según calculé. Nos presentamos, yo entro a la casa y, como era lógico pensar, el espacio estaba ya lleno de cajas por todos  lados. Ellos estaban ya empacando  las últimas cosas que faltaban. Me ofrecen una cerveza (ellos ya llevaban varias por lo que ví), me niego porque no era mi papel todavía, pero insisten tanto que les acepto la cerveza. Además hacía mucho calor.

   Griselda colocó 3 sillas, y lo que me dió curiosidad es que puso dos sillas juntas y una enfrente. Por ello, supuse me yo debía a sentarme enfrente cuando me dice:

-          Ven Silvia. Siéntate junto a mí, que no muerdo.

   Griselda se sentó, y yo aceptando, me senté a su lado. Iniciamos así una amena charla donde logramos congeniar diversos temas hasta que entró Gilberto también a la platica. Ellos como buenos norteños, suelen hablar directo, un poco golpeado, pero muy franco. Están muy acostumbrados a tomar cerveza, peor yo no. Así que bromeaban conmigo diciéndome que nada más estaba besándola sin realmente tomármela.

-          Me da gusto conocerte Silvia. Gilberto me ha hablado muchas veces de tu profesionalismo, de lo bien que administras tus propiedades, creo que te admira mucho. Pero lo que nunca me dijo es que ere muy guapa, y que tienes un cuerpo voluptuosamente encantador.

   Gilberto  asintió con la cabeza.

-          Griselda, como verás Silvia, no tiene pelos en la lengua. Jajaja. Es muy directa. Siempre ha sido así, y me encanta. Pero aquí en el centro no siempre se encuentra amigas con quien se pueda relacionar. Es una lástima que sea hasta hoy que ustedes se encuentren.

-          Así es, dije.

   Por su parte fulanita, Griselda me dió la mano en plan de “chocala”! Así estuvimos conviviendo un buen rato hasta que les indiqué que de una vez  pasaramos a revisar la casa, aunque yo suponía que  todo estaría en orden. Griselda fué a ver al niño de 3 años de edad dormido en la habitación superior. Yo seguí con Gilberto revisando la casa.

-          Que lastima que nos vamos por el trabajo, Silvia. Nos hubiera dado mucho gusto platicar contigo más frecuentemente, salir, pasear, etc. Vemos que eres una mujer encantadora y alegre.

   Ellos siguieron tomando algunas cervezas más y de pronto de levantan ponen música de banda sinaloense y empiezan a bailar muy pegaditos.  Griselda me dice: -Ven a bailar con Gilberto! Así que nos ponemos a bailar los tres! Yo me sentía un poco incomoda, y aúna pensaba en ello cuando Griselda de repente se coloca detrás de mí y me quedo en medio de los dos. Ella se me pega y me dice: -Que buenas nalgas tienes Silvia, que barbaridad ¡

   Moríamos de risa mientras seguíamos bailando, y aunque yo me quería retirar, me dijeron que cual es la prisa? Insistí. Pero, cuando me disponía a despedirme Griselda me tomó de la mano y me hizo dar una vuelta, exclamando:

-          Pero que buena estas por todos lados! Jaja. Mira viejo, no me habías dicho que Silvia estaba tan buena.

-          Tengo 54 años. Le comenté.

-           Pues aparentas muchos menos, querida. Ya quisiéramos muchas tener tu cuerpo. Me imagino que así debes de tener cientos de admiradores aquí en Querétaro.

   Seguimos tomando algunas cervezas más y no me dejaban salir. Griselda me tomó de la mano para no irme, pero ésta vez  yo ya sentía algo de emoción, miedo, no lo sé. Griselda un poco tomada, empezó a hablar de sexo, de “viejas y viejos” etc. jajaja . Hasta que  se acabaron las  cervezas, por lo cual ahora sí me dispuse a salir.

-          Gil: Ve por más cervezas para nuestra invitada y corre porque aquí te esperamos. Me invitó a sentar otra vez. Me empezó a platicar su vida incluso de aspectos muy privados con Gilberto. -Que calor se siente. Me dijo.  (Yo no sentía).

   Se quitó la blusa y traía un top abajo.

   -Que te parezco yo?

   Para mis adentros, (pensé: Ésta ya está borracha o es lesbiana).

-           Yo creo que estas muy bien. Eres joven, bonita, blanca, alta, hacen muy buena pareja. Le dije.

   Gilberto regresó  y ´nos invitó a tomarnos algunas fotos para el recuerdo. Yo saqué mi celular y nos empezamos a tomar fotografías de recuerdo. Griselda se colocó en medio de nosotros,  nos abrazó y empezó a besarme en la mejilla, y luego a Gil. Luego empezaron a besarse ellos dos, y yo tomándoles fotografías. Siguieron besándose y acariciandose cada vez más ardientemente. La verdad se me antojó, pero me calmé.

-          A ver Gil. Abraza a Silvia y bésala como a mí. Quiero verte que la excites, anda. No te hagas.  Se nota que le traes ganas! Yo te doy la oportunidad de hacerlo delante de mí.

   Gilberto no dijo nada. Pero me empezaron a tocar entre los dos, y a quitarme la ropa. Me dejé llevar por las caricias de los dos, cerré los ojos, cuando sentí a Griselda besando mi boca. Ya tenía sus manos  sobre mis pechos y me causaban una magnífica sensación. Lo reconozco.

   El primer beso que recibí de una mujer… Me impactó como si me cayera un rayo… Es algo que no olvidaré jamas. Me encantó… Le correspondí .

   Gilberto acariciaba mis nalgas ya desnudas, y nosotras dos no dejábamos de besarnos ardientemente. Estábamos prendidas, excitadas! Griselda era una maestra succionando mis pezones. Yo estaba disfrutando enormemente toda ésa cantidad de sensaciones que yo no conocía.

-          Que rica estas! Me gustas Silvia. Tienes unas tetas enormes. Me decía entrecortadamente, mientras las sillas tambaleaban con nuestro movimiento.

   Empecé a tocar su pecho. Sus senos mucho más pequeños que los míos. (Yo soy bra 38 C. Ella sería 34B). Gilberto apareció de repente con una colcha,  y se dispuso a hacer lugar en la sala de la casa, sin muebles. Todo estaba lleno de cajas. Nosotras seguíamos disfrutando de nuestras caricias.

   Gilberto llegó ya desnudo y se colocó detrás de Griselda besándola frenéticamente estando arrodillados sobre la colcha, en el suelo. Pude notar su enorme erección. Que cosa más bella! Así que me dije: es mi oportunidad! Hacía más de 4 meses que no había tenido sexo con algún hombre. Soy una mujer divorciada, como recuerdas.

     Me acerqué a su pene de muy buen tamaño, y me lo ofreció Griselda.

-          Anda Silvia. Haz gozar a mi marido. Prefiero que lo haga delante de mí!

   Yo aún tenía miedo que fuese una broma. Realmente no sabía qué hacer, si continuar o detenerme,  pero nuevamente me dije: Es mi oportunidad de aprender cosas nuevas, y realizar una fantasía que siempre había tenido.

   Empecé a darle sexo oral a Gilberto mientras ellos continuaron besándose. Yo realmente me lo quería devorar y acabar. Estaba rico y grueso, fuerte, caliente. Me sentía ya muy prendida. Griselda se me acercó y entre las dos lo estábamos chupando. Estábamos hambrientas, lujuriosas y disfrutando qué rico se oye cuando empiezan los gemidos de tres personas excitadas juntas. Griselda tocó mi vagina y metió delicadamente uno a uno de sus dedos. Se quedó asombrada . Yo estaba mojadísima!

   Me acostaron, y ella empezó a tocarme mi clítoris con su experta lengua. Que  cosa más rica pude experimentar. Nadie, nunca, me lo había hecho así. Simepre pensé que sólo una mujer puede saber exactamente cómo debe ser tocada una mujer.

   En ése éxtasis estaba mientras, también yo daba sexo oral a Gilberto. Griselda recordó que su pequeño hijo estaba arriba, así que subió a revisar la habitación donde dormía. Yo no le dí importancia y proseguí mi tarea oral sobre el pene de Gil, mientras él con sus dedos me acariciaba mi vagina. Así estuvimos hasta que eyaculó en mi boca.

-          Perdon Silvia. Ya no podía más… Me dijo.

   Griselda regresó y lo observó.  Se montó sobre mí y retomamos los besos mutuos como desesperadas.  Nos movíamos, introducíamos nuestros dedos en la vagina de cada una, y Gilberto nos animaba a continuar. Nosotras nos olvidamos de él por un tiempo. Yo sólo sé que quería más y más con ella mientras ahora me chupaba mis tetas. Con desesperación nos abrazábamos, nos besábamos, y volvíamos a la carga. Ambas logramos casi simultáneamente los más grandes orgasmos llenos de fluidos, gritos y movimientos, que hayamos tenido en mucho tiempo. Ah que felicidad!   Fantástica había sido mi tarde al lograr culminar una añeja fantasía…

   Gilberto volvió a la batalla y empezó a penetrarla por atrás mientras  ella buscaba mi boca. Seguimos así por un buen rato. Luego el empezó a penetrarme a mí. Yo que ya me había venido, empecér a sentir la fuerza de él dentro de mí y fue la locura. Griselda no me soltaba mis pechos y boca. Yo me venía una y otra vez, como si me estuviera orinando.

   Disfruté cada momento. Estaba yo en otro mundo. Me puse ahora como perrito… Era la locura. Disfrutamos todo lo que quisimos… Griselda ya no podía y dejo que nosotros siguiéramos. Cuando él ya quería venirse otra vez, ella se acercó y me dijo: -Quiero que las dos nos traguemos su miel… Y así estuvimos. Lo recibimos…Yo ya no podía… Ellos siguieron. Yo los veía… O sea… Era turnarnos una y otra vez… Los tres estábamos tan cansados que nos quedamos las dos acostadas en lo mojado de la colcha reponiéndonos. Pasó poco tiempo y Griselda me dijo: -Móntate en mí. Quiero sentirte cuando te vengas. Me monté en ella, y con el roce de su piel me vine pero rápido y decía: Estas tan caliente que te estas inundando rico muy rápido… Ya no pudimos más. 

   Me recosté con ella y nos estuvimos acariciando el cabello, el cuerpo, etc… Me levante un poco y ella abrió mis piernas y ya más tranquilos. Ellos siguieron…Yo viéndolos, acostada y tocándome con mis dedos… Ya era demasiado para una mujer que tiene poca actividad sexual. La colcha estaba mojada por todos lados. Sentimos un poco de frio así que Gil me estaba preparando un lugar para dormir. Les dije que yo me iba a mi casa… Por fín pude salir…

   Me vestí. Me despedí de Griselda y todavía te puedo decir que nos besamos muchas veces aún en la boca. Le pregunte que si ya tenía experiencia en esto, y me dijo que no pero que tenía muchas ganas y que esa era su fantasía. Le dije que también yo tenía ganas de esa experiencia, y que era mi primera vez y me había gustado mucho.

   Me invitaron a su boda en junio que será en Sonora.  Me despedí de él. Nos abrazamos los tres pero ya con ternura y ella dijo: Nos vamos de Querétaro,  pero nunca se me va a olvidar lo que nos pasó aquí. Me besaba nuevamente.  Me despedí de ella y relajados, él me llevo a mi coche y me dió las gracias porque tenía ganas de complacer a su esposa y no encontraba a la mujer  indicada. Me dijo Gil que yo le guste mucho desde que me vió y que se dio cuenta que yo le gusté a su mujer, pero muy tarde. Nos despedimos. Ya era muy noche, pero yo prefería llegar a casa a darme un regaderazo y descansar en mi cama, y eso fue lo que hice.

   En el camino iba recordando lo que acababa de suceder y estaba feliz.

   Ellos partieron al medio día del día siguiente, pero me hablaron para saber cómo estaba porque, ellos aparte de crudos, estaban molidos. Les dije que todo bien y que estaba feliz. Griselda me dijo que también estaba feliz y que me mandarían la invitación a su boda.

    Alex: Ésa era mi fantasía y hoy es mi experiencia que sin esperar llegó de repente, y pude disfrutarla al máximo y no me arrepiento.

   La puedes publicar a todas tus lectoras y lectores…

   Silvia.

 

    Qué opinan?

   Has estado en el lugar de Silvia?

   Has estado en el lugar de Griselda?

   Crees que en México estamos abiertos a ésta clase de encuentros?

   Sin juzgar a Silvia, o a Griselda, qué opinas del suceso?

 

   Besitos.

Alex Goodman