Ojala tu si me sepas entender…
La pandemia cubre cada vez mas, el territorio
nacional. El miedo se apodera de la gente, pero sobre todo, el temor a
coexistir en el mismo espacio se hace evidente. El rechazo social se hace
evidente y ya no es la sana distancia lo
que nos hace distanciarnos, sino el temor por
el contagio.
Las cosas se han manejado mal. Hemos perdido a muchos
amigos. Otros, ignorantes, se hacen los valientes rechazando las reglas de
confinamiento, o de sanitización al encontrarse en espacios públicos. La humanidad,
cada vez mas deshumanizada, gracias al torpe manejo de la pandemia, por un gobierno
de ineptos…
Los adultos, presa del pánico, nos hemos aislado, pues
nos han dicho que somos la población de riesgo. Las mujeres ya no aman. Los
amantes, ya no se exploran. Las citas furtivas, desaparecen. El contacto hombre-mujer
se vuelve menos frecuente. La población decrece… El miedo avanza…
Como adultos, ansiamos el contacto físico y humano. La
mujer requiere de caricias que hoy recibe menos frecuentemente, y solo virtualmente.
Las relaciones se enfrían. Las parejas se descomponen, y nuevas parejas surgen.
La ley de la vida…
Ahora, el sexo se vuelve virtual, surge el sexting, el
sexo ventana a ventana, la masturbación como método de satisfacción sexual, y
el voyeurismo se vuelve deporte. El porno por internet, trabaja a su demanda máxima.
Mucho sexo, y poco contacto… Tan frio, tan mecanico, tan sin sabor a amor…
El negocio surge, sexo por dinero, te vendo mi pack,
veme desnudo o desnuda por $500 por unos minutos, y surgen miles de formas de
erotismo, sin calidad. La ley de la oferta y la demanda…
Tal vez, solo los escritores seguimos esperando a que
la Pandemia pase y todo vuelva ala
normalidad. Mientras tanto, seguimos inspirándonos en musas etéreas, lejanas, y
hermosas que solo observamos en nuestra pantalla del celular o la laptop. Escribimos
y recibimos nuestra excitación, con palabras ardientes, que no siempre son
interpretadas de manera correcta, porque, no todos somos poesía…
El gusto de penetrar a una mujer, y de ella, por ser
penetrada, se vuelve menos frecuente, espontaneo, delicioso y satisfactorio.
Ahora solo cuenta el orgasmo, la eyaculación, masculina o femenina… Importa
solo la meta, cuando, para los poetas es mas importante el camino, las
caricias, el cortejo, los besos, los momentos previos…
Sera que me esta golpeando la vejez?
Ojala, esto termine pronto, y no nos convierta en
maquinas sin sentimientos…
Tu, que opinas?