No ha sido como otros Octubres...
De repente las noches se han nublado impidiendo el maravilloso espectáculo que nos brinda la luna en el horizonte, apenas emergiendo sobre las queretanas montañas, en mi caso. Más, ya entrada la noche, nos ilumina con ése característico tono que nos hace recordar pasados tiempos.
Una vez más, me tiene hechizado. He dado rienda suelta a mi inspiración, pese a estar aún convaleciente. He intentado responder a cada uno de los correos y mensajes que recibo, donde muchas personas que me leen me manifiestan sus sentimientos hacia éste satélite terrestre con adorna las otoñales veladas, y nos descubre haciendo el amor mientras escribimos ya sea en una blanca hoja de papel, o una pantalla de computadora.
Si naciste en Julio, tus padres debieron pasar unas veladas maravillosas en Octubre, y eres resultado de ésa influencia de la Luna en tu vida misma. Y producto de ése amor, fuiste engendrado o engendrada.
Ayer recorrí algunas de las congestionadas calles de Querétaro por la noche, y a pesar de ser martes, y de que había un partido de futbol, mucha gente aprovechaba el buen clima para tomar una copa de buen vino ó un café en una mesita al aire libre. Otros más caminábamos taciturnos observando al mundo correr, y las personas charlar. Me encanta sonreír para mis adentros mientras observo a la gente en ése trajín del que intento escapar entre las angostas calles adoquinadas, saludando de cuando en cuando a la luna que se muere de risa ante mis actitudes.
Hace muchos años, en Octubre, un par de buenos amigos y yo hicimos una escapada a Minatitlán en Veracruz, y la luna nos acompañaba al anochecer en pleno malecón. Bulliciosa ciudad donde tantos recuerdos tengo, y la luna se empeña en traer a flote.
Hace poco más de años, y ya lo he escrito por aquí, las fiestas de Octubre de Guadalajara eran nuestra fórmula de diversión por todo un més, y causantes de que haya encontrado ahí también a grandes amigos y amigas que hasta hoy nos seguimos reencontrando, pese a los miles de kilómetros que nos separan físicamente.
Y también en Octubre, recorríamos con nuestra Estudiantina de la Universidad, los callejones, y escalinatas de la hermosa ciudad de Guanajuato, ante el brillo y acompañamiento de la luna. Vaya que celebrábamos de muy diferente forma que los muchachos actuales, el Festival Internacional Cervantino, y de la misma forma, que gratos amigos aún tengo de todas ésas andanzas.
Sólo por mencionar otro Octubre, fue cuando en Estocolmo, Suecia, estuve cuando joven, la misma noche en que se le entregó el premio Nobel a nuestro Octavio Páz. Muchos mexicanos nos congregamos frente al teatro Alfred Nobel en aquella fría tarde, a casi 6 bajo cero, en pleno otoño, pero aún así, las banderas tricolores ondeaban, y yo con mi guitarra cantaba el Sinaloense, en plena escalinata...Vaya aventura...Terminamos en el Taco Bell del Centro de Estocolmo...
Ah y cómo olvidar aquel Octubre en Canadá, cuando en las Cataratas de Niagara cantábamos al anochecer, muertos de frío, mojados por la brisa, pero felices de estar ahí...Los únicos tres locos que a ésas horas permanecíamos ahí, a las horas de la noche, mientras los Canadienses se refugiaban del intenso frío...Vaya que estaban locos mis dos acompañantes, también mexicanos.
Hoy, por la tarde, caminaré de nuevo entre ésas calles...Quizás pueda encontrarme con algún nuevo amigo o amiga...Será una nueva tarde de Octubre para no olvidar.
Gracias Luna....
Alex Goodman
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