Llegué temeroso a tocar la puerta de la habitación 617. No sabía lo que encontraría. Pero, sí recordaba su breve cintura a la que me había abrazado tantas tardes al caminar por el parque, al dirigirnos al cine, o a tomar un helado.
Aquellos recuerdos de nuestro encuentro donde nos conocimos, siempre eran motivo de broma. El Parque AguaAzul, fue el escenario. Y fue en plenas Fiestas de Octubre cuando nuestras vidas se cruzaron. Yo 18, tú 15…
Aquellos recuerdos de nuestro encuentro donde nos conocimos, siempre eran motivo de broma. El Parque AguaAzul, fue el escenario. Y fue en plenas Fiestas de Octubre cuando nuestras vidas se cruzaron. Yo 18, tú 15…
Nunca hubo nada que pudiese avergonzarnos, que no fuese un tibio beso en el umbral de tu puerta, o en el rincón de un cine. Jamás una caricia deshonesta, o un intento de rebasar lo permitido…Sí…Lo sé. Eran otros tiempos.
Esto de las redes sociales me trae problemas. Fue así como te encontré, ahora, tan solo 29 años después. Toda una prominente señora, casada, exitosa en los negocios, igual de activa, tan alta como siempre, con tu metro y setenta y tres centímetros de altura, y con tan solo una foto en Facebook, era como te había visualizado.
Hablamos tres veces por teléfono en el último año, pero, jamás pasó por mi mente que viajaras casi mil quinientos kilómetros para encontrarnos. Por eso llegué temeroso.
Cada golpecito que dí a la puerta, me pareció transcurrir entre un intervalo de horas, agregándose mas y mas recuerdos de aquellos años, que, yo casi creí olvidados. Cuando escuché tu voz. La misma voz que tantas veces me había dicho tiernas palabras, o me había cautivado cuando casi jugando, preparábamos Chop-Suei, o ensaladas.
Tan solo pronunciar ésas tres letras (“Voy”), me hicieron cerrar los ojos, y casi no pude ver que, al abrir la puerta, te colocaste detrás para darme el paso…Pero, por qué estaba casi a oscuras ésa habitación?
Entré, y pude percibir el brillo de tus ojos. Inmediatamente y casi sin decir palabra, ya estábamos fundidos en un beso con un gran abrazo…Solo había la luz de dos velas, recuerdo… Te abracé, y seguí soñando. Casi por instinto, y por tanta s emociones juntas, ambos empezamos a reír, y a dejar escapar lagrimas de alegría…Que me permitieron por fin, dentro de la poca luz que podía filtrarse de la ventana al fondo de tu habitación, ver que estabas desnuda…Completamente desnuda…
Jamás te había tenido así frente a mi. Y, solo pude extasiarme cuando me dijiste que Ése era mi regalo. No lo podía creer! Te abracé nuevamente, tanto como pude, y creo que efectivamente fueron largos minutos los que estuvimos así. Yo iba con la intención de invitarte a cenar, aunque apenas eran las 5 de la tarde.
Nuestros cuerpos reaccionaron de inmediato, y del abrazo, te levanté para depositarte en la cama. Vaya que eras preciosa: Tus ojos ahora maduros, con maquillaje exquisito te daban una belleza increíble. Tu labios, jamás fueron tan rojos como en ésta tarde… Y el body completamente transparente que te cubría me regaló un panorama que jamás antes había imaginado en ti. Tu cabello correctamente alaciado, y ésos mechones que daban lúz a tu rostro, me hicieron temblar y retroceder…
Eras, simplemente hermosa, mujer, ardiente, y ajena… Apenas si pude recordarlo… Me habías dicho que venías en cita de negocios, hasta que ahora mismo me confesabas que todo era un pretexto…Para nuestro planeado, por ti, encuentro.
Yo no podía aún creerlo, cuando tus manos me despojaron de mi atuendo, cayendo la corbata por la alfombra, y al levantarla pude observar que eran pétalos de rosas rojas, tus favoritas, las que hacían de alfombra en la habitación.
Nos besamos como nunca. Y nos dejamos llevar por la pasión. Pude besar tus senos, que me llamaban con ansia, pude tocar tu espalda, pude palpar cada rincón de tu cuerpo, que nunca antes pude tocar así. De repente, tu boca me recorrió totalmente, al tiempo que nuestra respiración se agitaba, y las palabras se esfumaban. Cuando tu boca me atrapó, no podía escapar…Me recorrían espasmos de placer mientras tu boca y a tus manos me ataban a tu pasión, mientras tus labios mordisqueaban cada rincón de mi parte mas íntima hasta elevarme a un éxtasis que hacía tiempo no conocía. Las velas, se consumieron…Mi sexo fué dulcemente paladeado por tu suave lengua durante un interminable instante en que no pude apenas pensar... Minutos más tarde, yo hacía lo mismo con tu entrepierna, descubriendo ansioso ése néctar que solo una mujer excitada puede emanar para su amante, y abriendo de cuando en cuando sus pliegues para permitir el roce de su encantador botoncito del placer...
De ésa habitación casi a oscuras, emergió de pronto la lúz. Cuando abriste la ventana, pude por primera vez contemplar tu cuerpo, ya sin la envoltura para regalo que habías portado, y al hacerlo, me encontré a la muer mas maravillosa que pude tener, entregada completamente a mí, a prodigarme caricias, placer, y llevarme a senderos que antes, nunca recorrimos.
Cuando te posaste sobre mi, y consumamos nuestro encuentro, el mundo para mí se detuvo, y todo empezó a girar al compás de tus caderas, en cada movimiento de tus senos, en cada gota de sudor que caía sobre mi pecho, y en cada expresión de tus labios que, ahogados en contacto con los míos, parecían decirse mil cosas… Pareciera que no habían transcurrido solo 29 años…
Ésa tarde cambió mi vida… Todo ahora es diferente…
Por qué no puedo volver a ser el de antes? Por qué todo gira ahora en torno a tu sonrisa?
Me cuesta mucho sentarme ante mis partituras, y concentrarme. Mi música se volvió movimiento. Mis corcheas se volvieron movimiento. Mis redondas tienen la forma de tus senos, y los silencios son ahora jadeos de placer. Cómo pudiste trastocar mi mundo?
Por qué removiste todo en mi interior?
Creo que navegar por el Facebook no fue una buena idea…
Qué opinas?
Alex
No hay comentarios.:
Publicar un comentario