Soy Alex Goodman, ...Aquí, para mas datos, me encuentras como Alex...Simplemente Alex G...
Estoy tratando de ganarme un lugar en tu preferencia, y entre los escritores en México de novelas cortas y articulos dirigidos a la mujer mexicana.
Requeriré de mucha paciencia, de un poco de tu tiempo, de un mucho de imaginación, y agradeceré cada comentario que tú emitas sobre lo que vas leyendo. Quiero mejorar como escritor, y como persona. Y sólo podré lograrlo practicando, y reconociendo mis errores. Quiero cautivarte con mis lecturas, con mis historias, con mis sueños, con mis extrañas experiencias viajando a travéz del mundo, y con cada palabra que alguien que se cruza por mi camino me puede compartir.
También, agraceceré me compartas tus miedos, tus experiencias, tus sentimientos, o tus fantasías.
Aqui, donde todo lo podemos escribir, todo lo podemos lograr. Aqui eres libre, puedes volar, ser otra persona, mas no engañar deliberadamente para hacer daño.
Quiero compartir contigo ésta pequeña lectura...Dame tus opiniones, y todo lo que primero se te ocurra inmediatamente después de leerla. Ok? Ése es el ejercicio que necesito me ayudes a construir...
Por favor dame de alta como tu contacto si deseas tener comunicación directa conmigo. Es importante para que puedas recibir todo lo que regularmente envío y subo.
Besitos, por millones, para ti.
El semáforo... (Por Alex Goodman)
Te vi, y me viste…
Por un momento mis ojos se nublaron, y no pude ver mas que tu cara. Todo pareció detenerse. Era como si un relámpago hubiese fotografiado la escena que me dejaría preplejo por días, y quizás semanas, a partir del hecho.
Llovía incesantemente en ésa esquina mientras yo esperaba la luz roja para poder cruzar. Al fondo, del otro lado de la calle, los siempre llamativos aparadores de Sanborns contrastaban con la cantera rosa del histórico edificio que ahora ocupa. La gente, paraguas en mano, o con impermeables, se movía rápidamente de un lugar a otro para evitar empaparse.
De pronto, de entre los vidrios empañados de tu coche negro, pude ver el inconfundible brillo de tu mirada, que se encontraba con la mía…Apenas 28 años después… Y parecía que nada había cambiado. Dibujaste una leve mueca de sonrisa en tu bien delineados labios, al tiempo que tus movimientos parecieron turbarse, pero tu mirada no se apartó de mi. Ahí estabas!